Mi nombre es Araceli, nací en 1991 y estoy aquí para compartir mi historia.
Como mucha otra gente en esta sociedad, durante años estuve tremendamente triste y deprimida. En mi caso, la razón era que tenía una obesidad importante la cual me hacía sentir en una prisión, de la cual veía difícil salir. Entré en un bucle de autodesprecio y desmotivación: no me apetecía hacer nada, quedar con nadie, ir a ningún sitio. Literalmente, en algún momento, quise morir.
Me operé. Me hice una de las famosas reducciones de estómago. De esas que están muy de moda pero de las que no se cuenta la parte fea: te operan el estómago, no la cabeza.
Esa, la cabeza, me la trabajé yo. Y fue un gran éxito. Igual no lo sabes, pero las operaciones bariátricas (que así se llaman médicamente a las reducciones de estómago) tienen un gran porcentaje de reengorde a los tres años. Es decir, a los tres años de haberse operado, la gente vuelve a coger los kilos que perdieron. Y esto pasa porque no se trabajan la mente. Y es que una mente limpia y trabajada es la base de una vida feliz y equilibrada. Y cuando tienes esa vida tan brillante, no es posible descuidar tu cuerpo, pues lo necesitas para poder hacer todas esas cosas tan maravillosas.
Ahora, yo quiero compartir todo eso con el mundo. Quiero compartir con todas las personas a las que pueda llegar las mejores herramientas que conozco para conocernos mejor a nosotros mismos y hacer de nuestra vida algo digno de vivir.
Estoy convencida de que todos y cada uno de nosotros podemos elegir la vida que queremos tener. Yo pude, cualquiera puede. Yo vivía en un pozo de oscuridad del cual no veía salida posible. Ahora soy mi mayor fan y no me dejo apagar.